El roble es un árbol caducifolio y uno de los más conocidos y llamativos de Europa. Este magnífico árbol alcanza una altura de entre 20 y 50 metros y un diámetro de tronco de entre 1,2 y 1,8 metros, e impresiona por sus amplias ramas y enormes copas. Los robles alemanes y franceses (bosques de Spessart y Palatinado) se consideran las especies europeas más valiosas. También se pueden encontrar robles en América del Norte, Central y del Sur, México, Eurasia y el norte de África.
Además de su importancia ecológica, el roble es un árbol extremadamente simbólico. Desde el siglo XVIII, el roble es conocido como el árbol nacional alemán. El fruto del roble, la llamada bellota, también aparece en numerosos escudos de armas. Poderoso y fuerte, el roble impresiona sobre todo por su madera, con la que a menudo se fabrican mesas de madera maciza.
La madera de roble es anular-porosa con un grano uniforme. La madera es de color gris a marrón claro y se oscurece con el tiempo. Es resistente, robusta y conocida por su durabilidad y resistencia a las influencias ambientales. Debido a su resistencia, también se utiliza tradicionalmente como barrica para almacenar y aromatizar el vino. También se utiliza en la construcción de casas y barcos. Es resistente a la intemperie.
Las mesas de roble son especialmente duraderas. La madera de roble se utiliza a menudo en exteriores por su robustez y su aspecto natural. Por lo general, la madera de roble se distingue por su veteado muy uniforme.
A menudo utilizamos madera de roble reciclada, el llamado roble viejo, para nuestras mesas. Esta madera apenas pierde estabilidad con el paso del tiempo, pero sigue siendo extremadamente estable y duradera gracias a su buen secado.
En términos de dureza, resistencia y densidad, la madera de roble tiene propiedades similares a las de la teca.
Léxico de la madera
